Saliendo de Roppongi hills hay una tienda inclasificable. Con un estilo Rococó francés del siglo XV, y una dependienta vestida con un jersey rosa, una falda con unos caballitos de noria, y calcetines con cordones. Ahí va la foto para los incrédulos:
Saliendo de ahí, nos fuimos a la calle eléctrica; para ello usamos el metro. Saliendo del metro, mientras estábamos mirando unos planos, un hombre con aspecto extraño nos abordó preguntándonos dónde íbamos. Le dijimos el destino, y se apresuró en acompañarnos. Pensamos «¡qué amable!», pero al llegar nos dijo «Ahí está. Ahora dame 300 yenes.» Éste es el tipo, justo cuando nos dijo la «tarifa». Fijaros en los dedos:
La calle eléctrica está repleta de tiendas de electrónica de consumo, y nos apresuramos en buscar buenos precios de videocónsolas. Un ejemplo:
Luego estuvimos mirando tiendas.
Hay muchísimas, y hay incluso algunos edificios que son algo así como unas galerías comerciales, con hasta 7 pisos de altura. En uno de esos edificios, nos encontramos con algunos vestidos de cosplay ya preparados; aunque estaban algo mal acabados:
La verdad es que las chicas (bueno, y chicos) que hacen cosplay suelen haceres ellos mismos la ropa, y les queda mucho mejor.
En las tiendas también había innumerables cómics y estanterías enteras de cartas coleccionables para jugar.
En la entrada de algunas tiendas nos encontramos con muñecos de tamaño natural:
También había tiendas de muñecas, algunas de alta calidad, todo se compra por partes, y la ropa incluso llegaba a valer lo que valdría ropa de marca para una persona normal. No hay fotos de estas tiendas de muñecas de lujo… porque no dejaban hacer fotos. Pero de las tiendas equivalentes pero más baratitas si hay fotos. Ojo al detalle que sólo puedes construir muñecas hembra, y ¡que variedad!
Y éstas son algo mejores:
Más tarde fuimos a un salón recreativo de videojuegos (no un Pachinko), en el que encontramos montones de máquinas «grúa». La segunda foto es lo que estoy señalando yo en la primera:
También vimos videojuegos muy interesantes; pero ya no pudimos hacer fotos porque en los sitios donde se juega con videojuegoes está prohibido hacer fotos.
Lo que más nos sorprendió de los videojuegos en ese recreativo, era que la mayoría de las máquinas eran de cartas. Pero no que salieran cartas en pantalla, sino que el videojuego en sí tiene un tapete en el que colocas las cartas, y éstas son reconocidas por el videojuego que responde en consecuencia. Incluso detecta cuando y cómo mueves las cartas en el tapete, de manera que en vez de las típicas palancas y botones, tienes tu baraja de cartas (que traes de casa) y las vas colocando según te interesa en el tablero.
De estos videojuegos, vimos uno de fútbol en el que las cartas eran jugadores, y otros más de estrategia, como uno que era de unos mechas (robots humanoides) que luchaban contra un enemigo común, y el área del tapete representaba la arena, y las tarjetas tus mechas.
Las tarjetas supongo que son tarjetas RF-ID, y el tapete debe ser un lector de RF-ID que además tiene capacidad de leer varias tarjetas y posicionarlas en el tapete. Una forma muy curiosa de usar esta tecnología, que en Europa apenas sirve para identificacion de personal en edificios de grandes empresas.
También en este recreativo vimos unos videojuegos de Gundam, que eran cabinas cerradas para una persona, con mandos de tanque y una pantalla gigantesca. Pero ese juego lo dejo para una entrada por si sola.
Ya era la hora de cenar, y encontramos un restaurante de una cadena bastante conocida, pero no sabría decir ahora cómo se llama, sólo recuerdo que era un cartel blanco, con un rombo verde y unos canjis que parecen escribir «tnt». Cenamos muy bien y muy económico.
Termino esta entrada con neones de la zona:
Por cierto, éste último neón es de un edificio-restaurante. Es un restaurante que sólo preparan ternera, y todos los pisos son el mismo restaurante (creo que hay 6 o 7 pisos). En cada piso tienen una especialidad de cómo cocinar la ternera.